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Expresa Ibaia: "y llegó la victoria… lágrimas de alegría, pero también de tristeza por todos los camaradas caídos, ¡Qué sentimiento más terrible! De una parte, saber que el nazismo había sido aplastado, pero echar la mirada atrás… tanta barbarie, tantos muertos… el camarada Stalin, en su espartano despacho de trabajo, pidió a sus asesores, un momento de soledad. Sentado en su escritorio, cerró los ojos, una leve sonrisa bajo su inconfundible mostacho, fue el único gesto de alegría que podía permitirse el gran líder del victoria sobre el nazismo, pues el sufrimiento del pueblo soviético, la sangre que el primer Estado de obreros y campesinos del mundo había tenido que poner sobre la mesa para vencer al fascismo, había sido demasiado terrible. La imagen de la bandera roja con la hoz y el martillo, producto de la unidad soviética de obreros y campesinos sobre el Reichtag, anunciaría a las futuras generaciones que el comunismo es lucha sin cuartel contra el fascismo y la opresión".

A nueves meses del asesinato de Michael Brown, un afroamericano, por parte de un policía blanco, y de las consecuentes protestas populares como reacción a esa injusticia, el racismo del Estado yanki no ha cambiado en absoluto, sino que, más aún, los cuerpos represivos han profundizado su accionar homicida contra los negros y latinos, como se demostró, en un caso entre tantos, en el asesinato de Freddie Gray, que generó los últimos disturbios en Baltimore.
Expresa Fred Goldstein: "en el mes de marzo, se registraron 111 asesinatos policiales. Los apologistas de la policía dicen que los asesinatos no han aumentado recientemente, sino que hay más videos. Pero el hecho es que en marzo hubo 36 muertes más registradas que en febrero. (thinkprogress.com, 1º abril) En los primeros tres meses de 2014 hubo 244 homicidios cometidos por la policía; este año hubo 297 en el mismo período. Estas cifras son compiladas por grupos privados porque no se mantienen estadísticas nacionales".